2013-10-09

León-Tortuga

"La verdadera mente puede afrontar las mentiras e ilusiones sin perderse, el verdadero corazón puede palpar el veneno de la ira sin ser afectado, y desde el principio de los tiempos, la oscuridad ha crecido en el vacío, pero debe retirarse ante la luz purificadora"

Mensajes que encuentra uno en una serie animada, y peor aún, de Nickelodeon.

2013-09-04

Muebles nuevos

Vecinos que cambiaron su comportamiento al ver el camión de fletes entrando a nuestra calle. Qué culpa teníamos nosotros, en especial mi hermano pequeño y yo, que éramos los más felices rompiendo los plásticos que envolvían los sillones y las sillas, si tan sólo hubiesen venido con luces parpadeando, la navidad hubiese invadido nuestro hogar -más pagana, menos pagana, a mi hermano no le importaba, por ende a mi tampoco-.

Con los años a mi familia le encantaba renovar los muebles, porque se podía, porque llegaban bonos, y el ahorro, y los trabajos extras del viejo, y el pequeño con beca, y yo en la cama. Las impresiones eran muy diversas y bueno, cada cierto tiempo disfrutaba de los recién llegados, los movía sin reproches en función de lo que el día pidiera (no los astros, han estado ocupados últimamente, mejor no molestar). 

El tema es que cuando uno ve trastos así en museos, en tiendas, piensa en cómo se verían en su casa, al menos mi familia era así, con todo. Es decir, mi cama es la misma desde que nací y nunca dejo las ventanas abiertas. Sólo una, a veces, cuando hace calor, o frío. Cuál es la diferencia. El tiempo transcurre y la decoración aquí cada vez saca menos suspiros, esos que dan ganas de repetir una y mil veces, como la primera carta terminando alguna de las cuatro estaciones, como cuando se alcanza el tono en ésa canción en especial, o al pasar la última página. Frente a todo, todos los conocen como "los nuevos". Increíblemente los que estaban antes ya no significan nada, y si dejaron huellas son sólo reparaciones a futuro para los que vienen entrando.

El otro día nada más traté de recordar el lugar que ocupaban en la sala de estar, en el comedor, y simplemente no podía, traté de dormir para ver si en sueños volvían a mi esas imágenes, pero el enano me despertó de un golpe porque quería que jugáramos. Finalmente, las sábanas tienen tanto poder. Esa noche me dormí cansado, la final a penales con mi hermanito fue digna de una final de campeonato. Entonces los vi, entonces recordé, entonces me senté. Vuelta a la cocina, paseo por el patio y me senté. Después, los nuevos. Ahora, mi almohada, la nueva, la peor.

2013-08-07

El distraído

Voy a suponer que se dice que uno escribe en cualquier momento del día, cuando le llega la inspiración, cuando se está alegre, triste, enamorado, destruido mental, física y socialmente (tranquilo, siempre puede ser peor, y eso es una mente positiva). Yo escribo cuando lo necesito, cuando hasta a la música le cuesta traducir lo que quiero decir (complicado, pero aún así la amas, típico de uno) y cuando ya en verdad hay que proceder.

El otro día desperté y cometí el error de no sentarme a escribir inmediatamente, lamentablemente olvido muy rápido los sueños que tengo la noche anterior (o afortunadamente). La noche recién pasada fue distinta, fue pesada y ahora me encuentro aquí, luego de haber dormido tan sólo un par de horas, sin soñar absolutamente ninguna mierda y tener un pésimo despertar.

Trataré de ser lo menos claro posible:

Vuelvo a pensar en los espejos y en cómo será la imagen que refleje hoy, la pantalla del teléfono basta en ocasione. Primer intento fallido. Ahora bien, sé que no estoy muerto, y tampoco me ha mordido un vampiro, así que debe ser algo más. Algo más aburrido claramente, estar muerto o tener alitas le daría más emoción a todo esto, pero bueno. Yo decía que… sí, debe ser algo más. Fallo en los 2 próximos intentos, en aquel espejo gigante, y en el otro del baño. Ahora ya deja de ser divertido totalmente. Me distraigo, un té para tres sería una buena opción. O quizás no. No sé, me equivoco mucho. Me duele el estómago, y no tengo hambre, ni he comido. Tampoco me veo en el espejo, sigo sin trabajo y el día no tiende a ser irregular, por desgracia. Ya perdí el hilo de todo, fue todo muy rápido (todo, todo). Coróname, ponme esa corona que debería ser mía hace mucho tiempo. Y es que quizás es verdad, quizás siempre estuvimos. Quizás no es ahora, espero no equivocarme. Pero hay más espejos, y las palabras pesan. Forzar el espejo es mala idea, limpiarlo es buena idea. ¿Qué es lo correcto? Tratamos de determinarlo y actuar en base a eso, esperando que sea lo mejor. Así será. Tengo frío, mi habitación es tan helada en invierno, y tan calurosa en verano; si hubiese nacido conmigo los astros la ayudarían más (aunque mi balanza esté un tanto dañada hoy por hoy).

Trato de ser lo menos claro posible, y por lo mismo, no sé como cresta terminar esto, si cerrarlo abruptamente sin previo aviso, buscarle un final más elegante o una frase en cursiva dándole ese toque tan inútil pero que el mundo piensa es hermoso. Ya no puede ser lo primero, ni lo segundo, esto nunca fue elegante, así que… no, tengo seguridad en que todo marchará mejor. Por ahora, los espacios vacíos seguirán vacíos, pero sé que estás ahí… sabiendo eso, que se rompan los espejos. Si hasta tropezándome y cayendo con el rostro directo a un pantano, me podré ver de igual manera, distorsionado, sucio, loco. Pero sólo sabiendo eso. Qué bueno es saberlo.

La fiesta

Quisiera poder recordar todo al momento de despertar. Y es que hoy era un poco más temprano que de costumbre. Habían muchos invitados y otros no tan invitados, pero cuando hablamos de una fiesta no es eso lo que importa, importan las luces, la música, y las luces otra vez que ahora están ausentes. Las parejas bailando con los ojos cerrados y mis ojos que no podían soltarte. Una estupidez para los que se habían percatado, y si se han percatado por algo será. Pero nada hará que la fiesta termine, no a estas alturas.

Lo que no me gusta recordar son las otras fiestas en las que estuve, la gran mayoría terminó mal (pero me apego al pensamiento de que fueron malas coincidencias), los astros nunca se equivocan (mala contradicción). En verdad la fiesta nunca termina, ambos estamos ahí con los invitados y los no tan invitados, podemos bailar y gritar siendo presas de los vicios, el punto es que al día siguiente (cuando haya acabado la fiesta, se supone) los invitados y los no tan invitados no estarán ahí -en especial estos últimos-.

Aún así es una fiesta que para mis ojos no acaba, mientras los invitados bailan con los no tan invitados, se puede uno reír de sus peculiares bailes y cosas raras (o muy normales).
-"¡Díganles que se paguen algunas clases por favor!"
Y seguimos bailando, cada día, cada noche.

Al fin recuerdo que no te he quitado los ojos de encima.
-"Míralo, qué estupidez"
-"¿Bailemos?".

2012-11-27

El regreso

Tragicómico volver a encontrarme con las letras en este periodo lleno de tensiones, antes de jugarme el ingreso a los estudios superiores y... ya si esto no es mi diario de vida.

Nano dice que los fantasmas no proyectan luz, que se camuflan en la noche azul. Interesante su punto de vista, yo creía en fantasmas aún sin haberlos visto, creía porque en un momento me convertí en uno, una metamorfosis que duró un cierto tiempo y luego regresé. Regresé del regreso. Conozco a otro fantasma, uno que siento es más parte de mi ahora, es como mi gemelo perdido, aquel con el cual vivimos tanto, durante tantos años. Ese que debería estarse pudriendo ahora lentamente, presa de su mente estúpida e infantil, pero bueno, "que le vamo'a hacerle'".

2012-04-10

El último

El día fue muy irregular, afuera el sol se asomaba cada cierto tiempo, pero se escondía de manera muy coqueta tras una nube, a la nube no le gustaba estar cerca del sol, así que se alejaba de el y lo exponía a todos nosotros, los pobres que no podíamos hacer más que mirar aquella danza que nos entregaban.

El día fue muy irregular, adentro había trabajo que hacer, el cigarro fue una leve distracción, tan leve que aún así el hombre no dejaba de pensar en lo que se avecina... las botas, el peinado, la decoración, el miedo. Música que no escuchaba hace demasiado tiempo fue el toque perfecto, contribuyente a la catarsis involuntaria que se llevaba a cabo.

De pronto, un calambre salvaje en su brazo, el hombre no entró en desesperación y esperó que pasara; le distrajo de este dolor una sensación como de frío. -"Lo que pueden causar algunas pocas letras..."-, se dice a sí mismo, tratando como de obviar el hecho. Le pica el pecho, la cabeza; se mira y recuerda que está gordo... y el día sigue siendo irregular.

Piensa en el mañana, ansía la lluvia, repudia el papel que tiene a su derecha; y le vuelven los escalofríos... No siente que sea él, se le aparecen imágenes sin previo aviso... y sigue temblando. Ya no aguantará por mucho tiempo.

El día no deja de ser irregular... y el es el último en enterarse. El día que lo entienda, se hará amigo del sol... o de la nube, si tiene más suerte. Por ahora, se conforma con mirarse al espejo, practicar sus lecciones de canto... y temblar.

2011-07-04

Lección nº 278


Presiento la queja de mi perro cuando llego a la casa, quiere que le haga cariño. El hombre escucha a su mujer refunfuñando desde el baño, el maquillaje no le ha quedado bien, o quizás le ha llegado el período, pero ninguna de las dos es cuento nuevo (el no sabe que ella ve las fotos de su hijo muerto hace años, no refunfuña, llora en verdad).

El hombre acaricia su perro y la mujer llora. El hombre tiene de qué preocuparse, pero está con su perro. Para qué pensar en los audífonos o las nubes, si las fotos están en el baño (anda a saber tu por qué las puso ahí, para tener el martirio todas las mañanas... para humedecer su rostro pálido y seco al despertar... anda a saber tu). El hombre espera, su perro se fue a tender por ahí en el patio, la mujer encuentra más fotos, los mirrors no le sirven. El hombre la saca del baño a la fuerza, ella se resiste, grita como si la aguja con la que suele coser le penetrara la sien. El hombre actúa con admirable frialdad, el perro se ha exaltado también, ella lanza combos, patadas, gritos sin fondo. Ahora la mujer solo mira el cielo.

El hombre se percata de la existencia de las fotos al ir hacia el baño... a diferencia de su ex-mujer, él las mira con indiferencia, con asco. Las rompe y se las come. A posteriori, se auto-produce el vómito, y ahora ve las fotos con gran placer. El perro acaricia al hombre, la mujer busca respuestas en el cielo... “qué pena, pobres personas que quieren ser humanas” piensa el perro. Tu inhumanidad no cabe aquí, dog, pues…este… eres un perro, para ti es mas fácil.
(Eso dirían todos, ¿no?. Par de imbéciles y la puta que los parió.)
atte. *le dog.