Una carrera, está nublado. Corre en círculos pero con un cartel de "META" siempre a la vista. Cerca, lejos, cerca. El recorrido en sí no era gran problema para el, aunque el perro que se cruzó le costó valiosos minutos, al igual que ese puto escalofrío antes del balazo de salida. No habían mas competidores, no había público (menos mal), menudo espectáculo que se hubiesen llevado. No solía hacerlo, pero hechó un vistazo hacia atrás mientras corría, veía borroso a causa del sudor que le dificultaba las cosas, a pesar de eso logró ver que los demás competidores si estaban, millas atrás. La niebla le pesó cada vez más hasta el punto de ver uno a uno, a cada corredor pasando a su lado, escupiéndole polvo en la cara.
Pasó que perdí esa carrera, no la más trascendental, pero la que más me dolió. La silla de ruedas no era una opción, y el perro que era un corredor más, debo suponer que llegó a la meta también, qué va, si hasta el me venció sin esfuerzo alguno.
2 comentarios:
No se porque pero me senti como el que perdio la carrera wou!
perdemos carreras todos los días, largas o cortas, pero siempre hay algo que no corresponde
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