Entender la situación que gobierna al imperio sin I mayúscula (relevante detalle) no fue algo planeado. En el imperio los fantasmas son palabrerías que sirven para que los niños se acurruquen temblando y no de frío en sus camas. En el Imperio hay fantasmas todos los dias, de hecho las personas terminan dando hogar y abrigo a un fantasma que pasa a ser parte de la familia, voglio dire?. Ahora bien, la historia va más alla del fantasma, de mi némesis, de mi, o de mi emperador. Tu sabes a que me refiero, ¿no?.
Las lecciones que aprendí en algún momento han sido derrumbadas lentamente, pero vestigios hay, mi amigo, el ruso ese que le gusta hacer agujeritos en la tierra para ver lo que hay me los enseñó. No me sorprendí al principio, quizás porque mi estado de ánimo en ese entonces no era el mejor. Y si aún no me sorprende, bueno... me carcome cual Duoplant en gel.
Los emperadores del ayer no se comparan con los de mañana, con los de hoy es distinto ya que estos últimos son el reflejo mirroreano de sus antecesores (efectivamente, ellos sufren los peores mirrorlapses que te puedas imaginar). El imperio de la I es el que ha llegado para quedarse, invasiones fantasmales son parte del título del siguiente enfrentamiento, y yo... yo estoy mirando por la ventana el acontecer actual. El vidrio está empañado, pero yo no respiero; y busco acurrucarme, mientras el fantasma sopla, las respuestas. -Que no lo sepa ninguno de los imperios-, susurró. -Tranquilo - le acoté -, no te preocupes por mi que ya me he ido.
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